Como el vino que toma su tiempo en su añejamiento, así maduró el guion de La Casa del Sur de Carina Oroza Daroca, tarijeña que nació en Camargo y tomó doce años para su escritura, enfrentó un rodaje desafiante, un presupuesto ajustado y esperó a que pase la pandemia. Es su ópera prima, rescata la historia de mujeres en tiempos de dictadura y apuesta por la memoria, la resistencia y el poder del cine para contar historias que no deben olvidarse. Se estrena este 6 de febrero en las principales salas del país, luego de un recorrido destacado por festivales internacionales.
“Estoy 35 años en este rubro, sobre todo especializándome en realizar audiovisuales. Pasando todas esas etapas, desde el U-Matic (había que ser fuerte, precisa por el tamaño y peso de los equipos existentes hace tres décadas) hasta el celuloide y todo eso. Nunca he trabajado en periodismo, pero sí haciendo videos, documentales, ficciones, cortos. He podido vivir gracias a ser comunicadora, poder lanzar campañas sociales sobre derechos de mujeres, derechos de niños. De alguna manera eso me ha permitido también estar en partes de la historia de este país, como en la creación del Defensor del Pueblo, pero las maneras en las que funciona es parte de otra charla. Son experiencias valiosas en mi experiencia profesional”.
“Soy una freelance que ha sobrevivido 35 años, no sabes cómo, pero a estas alturas has podido vivir, has podido tener, has podido educar a tus hijos. Soy una freelance que puede moverse en campañas y en audiovisuales. Y estoy tratando, aunque me duele, entrar al marketing”, resume su vida profesional hasta la fecha, mientras se toma su capuchino. Una mañana lluviosa en el verano paceño, se realizó la entrevista en un café de la zona sur.
“Todos los que trabajamos en audiovisuales o con actores siempre tenemos que empezar casi de cero. Todos queremos crecer y es una lucha contra un mercado siempre precario, con personas valiosas”. Sería ideal que la industria del audiovisual crezca y sea sostenible en Bolivia, opina con esperanza.
Carina Oroza Daroca tiene a Banda Imagen, una empresa “pequeñita” unipersonal que le ha permitido apoyar proyectos audiovisuales. “A mí me encanta la dirección de arte y lo he podido hacer a veces”. Aportaron en películas nacionales y varias producciones audiovisuales internacionales. “Aquí el cine es como un apthapi, uno pone una cosita y el otro otra y así se va armando. La única manera de sobrevivir es colaborándonos. Así lo he hecho por seguir trabajando en lo que me gusta”.
¿Esta iniciativa de la Casa del Sur también es parte de esa supervivencia o un peldaño para cambiar el hacer cine en Bolivia? La respuesta inmediata es no y se ríe mientras señala que “Yo te diría que mi espíritu es un peldaño hacia arriba y económicamente es tirarse al abismo. Es una mezcla de eso. Si te digo sobrevivir es equilibrar, mantener a tu familia, pero a la vez no dejar de creer en lo que tu espíritu te convoca. En realidad, no hay mensajes ni moralejas. David Mondaca, uno de los actores, de alguna manera lo expresa diciendo que son como llamados espirituales que te agarran. El problema es cuando un llamado es fuerte y te convoca a un presupuesto mayor a los 150.000 dólares. Es complejo”.
¿De quién fue la idea del guion? - “Es mía. Siempre he querido ser cineasta. He estado viviendo en la periferia, ayudando, pero en el fondo también quería hacer mi propia obra. Hacer el guion tomó 12 años. El detonador es la idea de la cual tú crees que puede surgir una película, porque en el fondo solo es una anécdota que la cuentas en 30 segundos y tienes que construir una historia que tenga el tiempo cinematográfico”.
¿Cuál fue la anécdota? - “Es de mi mamá. Es en la época de la dictadura. Mi mamá recibe una llamada a las 3 de la mañana de mi primo que le dice: tía ven, mis papás han sido detenidos. Ella corre a la casa, entra y les dice a los chicos que se irán, pero los militares les dicen que no pueden salir. Me pareció tan interesante tan rica porque además ha sido contada mil veces y todos tienen su propia versión. Y la pregunta detonadora en este caso es ¿qué pasa en una dictadura militar con las mujeres? Todos conocemos la historia de lo que pasó en las calles y me pareció interesante contar esas otras historias”.
La Falange, el MNR, los militares protagonizaban la actividad política en el país. Los golpes de estado y cambios de gobierno eran el hilo conductor de la vida política principalmente en la sede de gobierno. ¿Y qué pasaba en el resto del país, qué sucedía en el sur, en Tarija? La Casa de Sur nos cuenta un poco de esa época y la participación de las mujeres.
"Se hace país en todos lados, se discute de política de todos lados, se persigue en todos lados. Entonces, por qué no irnos a los márgenes, donde también están las mujeres. Eso es lo que me parecía interesante contar”, precisa Oroza.
La maestría para escribir un guion le facilitó el camino para definir la estructura de la historia. Tomó un tiempo de tres años el primer guion incluía tres generaciones de mujeres. Eso cambió. Ambientar la época, el vestuario, las locaciones y una diversidad de gastos provocaron algunos sacrificios. La filmación se realizó en Tarija, en el Valle de la Concepción, que facilitó el tiempo de filmación.
Su opera prima enfrentó varios desafíos financieros pero la rigurosidad en la estructura no. “La gente que me va a dar, me va a regalar esa tiempo sentada en la butaca tiene que saber que va a tener una historia contada lo mejor posible”, asegura.
Sinopsis
Bolivia, década de los 80. El país está en plena dictadura militar, en una hacienda del sur, Naty y su hija Anita son asaltadas dentro de su propia casa, por una tropa que busca, cuándo no, a subversivos. Detienen a Naty, acusándola de encubridora y se la llevan a la ciudad. Entretanto, su hermana Lu, una renombrada cantante, alarmada por este acontecimiento, se ve obligada a retornar a la casa familiar rodeada de viñedos y tomar las riendas de la familia, haciéndose cargo de la crianza de Anita. Lu se convierte en rehén de Suárez, un militar inescrupuloso que busca pruebas a cualquier costo. Ella se mantiene firme, pues está convencida de la inocencia de su hermana y decide resistir el encierro hasta que las cosas se aclaren, pero cada día dentro de la casa desata nuevas tensiones, resquebrajando la relación familiar. La vida que conocían se ha perdido para siempre y pronto tendrán que partir al exilio.
25 años después. Ana, convertida en una reconocida chef y bloguera, ha heredado la hacienda de su tía Lu. Se ve obligada a regresar del extranjero para vender la casa con la intención de volver a irse cuanto antes. No puede con sus fantasmas, los recuerdos son demasiado dolorosos y el rencor sigue a flor de piel. Sin embargo, su hogar la recibe como acogiéndola y le ofrece las piezas necesarias para armar el rompecabezas de su pasado, descubriendo los pedazos de su historia que le hacían falta para entender y perdonar.
Carina Oroza Daroca y Ramiro Fierro son esposos, tienen dos hijos. Ella boliviana y el colombiano. Ambos apasionados por el cine. La inversión se estima que llegó a los 175.000 dólares. Las cuentas las empezarán a pagar luego del estreno, comenta la directora y guionista de su opera prima.
Ramiro Fierro es el coproductor. “Es mi crítico principal. Es sonidista y editor en las principales películas de Bolivia y Colombia. También forma a nuevas generaciones de sonidistas. Tiene muchísima experiencia en el set. Es mi coproductor” y fue un apoyo durante todo el proceso. Realizó la edición, coordinó la post producción de sonido e imagen en Chile.
Ernesto Fernández, director de fotografía de La Casa del Sur y de reconocidas películas bolivianas que es el director de fotografía más importante del cine boliviano, “El Triángulo del Lago” (2000), “El Atraco” (2003), “American Visa” (2004), “Los Andes no creen en Dios” (2007), “Olvidados” (2013), “Anomalía” (2019) y “La Casa del Sur” (2020). Ganador del premio a la Mejor Cinematografía por la película Olvidados en el Chelsea Film Festival 2016 de NY.
“Yo les llamo mis ángeles. En el set han estado todo el tiempo enriqueciendo la película”, destaca la directora.
La filmación se realizó en 2017 y tomó casi un año en terminar su producción. Este largometraje de drama - ficción, es una obra de la productora Banda Imagen y fue filmada en el Valle de La Concepción, Tarija-Bolivia, en coproducción con Kymo Producciones (Colombia), Filmosonido (Chile) y las empresas bolivianas Escorzo SRL y Cinearte. En el equipo participaron cerca de 40 personas.
En el elenco destacan los reconocidos actores David Mondacca, Cristian Mercado, Alejandra Lanza, Piti Campos, Arwen Delaine, que dan vida a los personajes principales. La participación de Grisel Quiroga, Chivito Carrasco, Gudnar Fernández, Jorge Arturo Lora muestra los atributos de los actores nacionales para representar a los personajes que cuentan esta otra historia de las dictaduras del siglo pasado que afectaron a miles de familias.
Para Carina Oroza la dirección es mucho más divertida y creativa frente almproceso más personal de elaborar un guion. Pero también es importante que los actores tengan la confianza en el liderazgo. “Es pura adrenalina. Y para los casuales observadores que tuvimos (en las escenas con disparos) pudo ser un poco aburrido al repetir las escenas. La parte de filmación han sido tres semanas”, recuerda con cariño.
La música tiene su presencia en la película. La música original corresponde a Alejandro Rivas Cotle, que realiza composiciones para diversos cortos y largometrajes. Como cantautor, desde 1996 lleva a escena e interpreta sus composiciones de música latinoamericana en países como Bolivia, Bélgica, Perú, Alemania, Finlandia, España y Azerbaiyán.
La presentación en Bolivia tuvo que esperar. La pandemia por el Covid-19 detuvo también la actividad de los cines. Fue en Colombia que se presentó en salas de cine de circuitos alternativos y la gente respondió positivamente, precisa Oroza.
Este jueves 6 de febrero se estrenará en las salas de la Cinemateca Boliviana, del Cine Center y el Multicine. Las cadenas de cines ya anunciaron en sus carteleras semanales la presentación de la nueva película boliviana.
Una película que, como proyecto, fue invitado a los mercados de los festivales de Cartagena, Guadalajara y Huelva. En la etapa de producción, recibió el auspicio de IBERMEDIA y en la etapa de postproducción, fue apoyado por el programa INTERVENCIONES URBANAS.
En octubre del 2021 recibió el premio al mejor largometraje boliviano en el Festival de Cine de Santa Cruz-FENAVID, así también recibió el premio Eduardo Abaroa en la categoría de mejor guion de ficción el año 2018.
La espera terminó. La Casa del Sur se estrena este jueves.
Vea el tráiler en este enlace.
CRÉDITOS
Redacción. Svetlana Salvatierra
Fotografías: La Casa del Sur