"El 2006 creamos el Ballet Folklórico de La Paz con mi esposa Ana Ariscurinaga Gil. Los dos hemos hecho un trabajo artístico. Hemos puesto el nombre de la ciudad de donde provenimos, precisamente para tener una referencia de la ciudad y del país, porque nuestra intención siempre ha sido exportar el folklore, exportar cultura, llevar la danza. El trabajo siempre has estado ligado a la excelencia en la danza, a difundir el folklore boliviano fuera de nuestras fronteras", destaca Víctor Hugo Salinas, director de Bafopaz.
Son tres los lineamientos sobre los que trabajan: uno es la formación de bailarines de diferentes edades y categorías; el otro es la difusión, y el último es la investigación de las tradiciones en música y danza. “Esta investigación se ha reflejado en los trabajos que hemos propuesto", añade.

Actualmente, Bafopaz cuenta con oficinas en La Paz, en la calle Cañada Strongest, El Prado, San Pedro, El Alto y en la zona Sur, para llegar de mejor manera a la gente y ofrecer sus cursos. “Ahora es la institución más grande de danza en Bolivia. Contamos con aproximadamente 26 profesores que forman parte de nuestra institución, todos formados en Bafopaz. Hemos podido crear empleos en el arte y la danza, lo cual es muy importante de destacar. A través de nuestro trabajo en la gestión, podemos crear fuentes de empleo para los mismos artistas que formamos”, subraya Salinas.

"Mi esposa comenzó a bailar desde muy pequeña en Argentina; por razones familiares, migró allá unos años y luego volvió a Bolivia, donde se formó en distintas escuelas. Nos conocimos en Canadá en la Compañía Nacional de Danza, donde bailamos juntos por seis años antes de independizarnos. Sobre nuestras preferencias en danza, siempre ha habido una buena química entre nosotros para bailar 'cueca', una danza que siempre hemos explorado, creando coreografías y espectáculos a su alrededor, especialmente con las cuecas de salón, que son más elegantes y características del occidente del país", comenta con entusiasmo por el trabajo realizado.

Obtuvieron el Premio Eduardo Abaroa y otros reconocimientos nacionales y municipales. “Si bien hacemos un trabajo de investigación, lo proyectamos sobre el escenario a través de técnicas dancísticas; no ponemos tal cual el hecho cultural en escena. Proyectamos estos hechos culturales investigados a través de la danza", precisa.

Un ejemplo es la obra “Potosí Eterno” de Bafopaz recibió varios premios en el país y en el exterior. Y que ha sido presentada en varios escenarios nacionales y extranjeros, durante algunas giras principalmente en Europa.

“Cuando nos interesamos en algún elemento cultural, indagamos más en el tema y hacemos una propuesta escénica. Nuestro interés no se basa solamente en preservar las culturas, sino en proyectarlas artísticamente. Nos valemos de técnicas contemporáneas, clásicas y folclóricas. Para nosotros, la técnica de la danza es la repetición constante de movimientos hasta llegar a la perfección y así lograr belleza en el escenario”, detalla el director de Bafopaz.

"Creemos que el folklore boliviano tiene un enorme potencial por su diversidad. En nuestros espectáculos mostramos diferentes colores, matices y ritmos, lo que ha llamado mucho la atención en nuestras giras internacionales. Hasta el momento, Bafopaz ha realizado 43 giras internacionales en países de América, Europa y Asia", precisa. En este año se presentaron en Panamá, Chile, Colombia, Bélgica, Francia.

Bafopaz logró un lenguaje propio de movimiento en el escenario y esa es su principal riqueza, acentúa Salinas. “Hemos trabajado para que nuestros bailarines tengan una formación técnica mayor, que les permita crear obras elaboradas y de interés para el público. Nuestro espectáculo más reciente, 'Alma Boliviana', presenta danza boliviana y música en vivo en un escenario teatral, con proyecciones de imágenes en pantalla gigante. Es una experiencia integral que incluye interacción con el público y platos típicos bolivianos, ofreciendo una vivencia única".

Si bien en Bolivia el folklore es muy popular, por la diversidad de eventos que se realizan en diferentes escenarios como fiestas patronales o carnavales, Salina manifiesta que aún existe una carencia de un mercado de espectáculos que permita a los bailarines vivir de su arte. “Nosotros seguimos en autogestión y confiamos en el apoyo del público que sigue nuestro trabajo, comprando entradas y tomando clases. Sin ellos, Bafopaz no podría existir".


CREDITOS
Escrito por: Svetlana Salvatierra, periodista. La Paz.
Fotografías: BAFOPAZ/ Alberto Schwartzberg.
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