La Casa Museo “Inés Córdova - Gil Imaná” reabre sus puertas al público en la zona de Sopocachi, en la ciudad de La Paz, con una renovada presentación museográfica que honra la vida, obra y legado de una de las parejas artísticas más influyentes de Bolivia, bajo la administración del Museo Nacional de Arte (MNA).

Ubicada en la avenida 20 de Octubre esquina calle Agustín Aspiazu, esta emblemática casa acogerá tres salas de exposición permanente: una dedicada a Inés Córdova, pionera del arte cerámico en Bolivia y considerada la artista ceramista más prestigiosa de los años 70; otra, enfocada en la obra del maestro Gil Imaná, reconocido por su pintura figurativa de gran fuerza emocional y contenido social; y una tercera que rinde homenaje a su vida en común, marcada por el amor, la creatividad compartida y su compromiso con el país.

La reapertura del espacio incluye además la Biblioteca y Archivo especializado en arte del MNA, que se instalará en el mismo recinto. Este centro de documentación albergará los archivos personales de Córdova e Imaná, así como valiosos fondos de otros referentes del arte boliviano como Miguel Alandia Pantoja, conocido como “el pintor de la Revolución”, y David Crespo Gastelú, el “pintor del Altiplano”.

En noviembre de 2024, el archivo de Alandia Pantoja fue incluido en el registro de la Memoria de América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco (MOWLAC), en reconocimiento a su valor documental para la historia del continente.

La Casa Museo también funcionará como espacio vivo de creación. Se tiene previsto realizar talleres de cerámica y otras disciplinas artísticas, en consonancia con el espíritu de formación y difusión cultural que siempre guio a la pareja.

Inés Córdova (1927-2010), con un enfoque más abstracto, exploró diversos materiales como cerámica, metal y tejido, integrando influencias indígenas y modernas. Fue pionera en el arte del mosaico mural en Bolivia y dejó una huella única con sus obras de arte textil y joyería.

Gil Imaná (1933-2021), por su parte, enfocó su pintura en retratar los vínculos humanos, la feminidad, la cotidianidad de los sectores populares y las luchas sociales. Su trazo expresivo y profundo le valió el reconocimiento como uno de los grandes muralistas y pintores figurativos del país.

Juntos, crearon más de tres mil obras, entre individuales y conjuntas, inspiradas en el amor, la identidad cultural, los paisajes bolivianos y las comunidades indígenas. Su legado es un testimonio del arte comprometido con la realidad y la belleza de Bolivia.

La reapertura de esta casa museo representa un acto de memoria, celebración y continuidad, abriendo sus puertas a nuevas generaciones de artistas, investigadores y amantes del arte.

 

CRÉDITOS

Redacción: La Paz.

Fotografías: ABI.

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